Desde Kentucky a Solentiname

Letter to Pope Paul VI regarding the establishment of a religious community
Carta al Papa Pablo VI sobre el establecimiento de una comunidad religiosa
Undated

Cardenal regresó a Nicaragua en el año 1950, donde continuaría escribiendo y expresando su opinión sobre el efecto pernicioso de la dinastía Somoza en la sociedad nicaragüense. Su descontento con la realidad en Nicaragua lo llevó a ser un oponente franco del gobierno. Este interés en lo político crecería en las siguientes décadas. Experimentó una transformación espiritual después de su participación en la fracasada Revolución de Abril en 1954 en Managua. Sus estudios de seminario fueron guiados por el monje trapista Thomas Merton en la Abadía de Nuestra Señora de Gethsemani en Kentucky, quien ayudó a Cardenal a crecer como espiritualista, activista y poeta. Cardenal continuó sus estudios de seminario en México y Colombia, al mismo tiempo que publicó trabajos literarios seminales como Hora 0, Epigramas y Salmos. La ordenación de Cardenal como sacerdote católico en 1965 resultó ser un momento crítico en su continuo desarrollo como líder religioso y espiritualista. Después de conversaciones y el guía de Merton, Cardenal decidió regresarse a Nicaragua para fundar una comunidad espiritual.

En 1966, Ernesto Cardenal eligió las islas de Solentiname, un archipiélago en el sur del Lago de Nicaragua, como sitio para una comunidad semi-monástica de artistas y campesinos. Él recibió a muchos visitantes y también muchas cartas de interés y apoyo durante su tiempo en Solentiname. Cardenal y los miembros de la comunidad publicaron una publicación, Boletín de Nuestra Señora de Solentiname, como una manera para reflejar y conectar Solentiname al resto del mundo. El manuscrito “Mi isla de Solentiname” es un escrito reflexivo por Cardenal.

Los materiales en esta página ilustran la naturaleza y los aspectos espirituales y artísticos de la vida en este lugar único. Solentiname sería un terreno fértil para la exploración artística y poética, así como el desarrollo de Cardenal como teólogo de la liberación. El viaje de Cardenal a la Cuba posrevolucionaria en 1970 también tendría un impacto en su ideología y una influencia en las enseñanzas y el ambiente en Solentiname.