Las discusiones sobre las industrias de la plata y el mercurio a principios de la década de 1770 ilustran las complejidades de la comunicación durante este período. El 31 de agosto, el virrey envió una carta al rey sobre los niveles de producción de cada sustancia desde enero hasta agosto de 1770, indicado bajo el margen 'Testimonio de Real Orden' en este documento. El monarca finalmente la recibió en enero de 1771. En respuesta, ordenó a las autoridades de Nueva España que le enviaran un informe de los beneficios de producción.

La respuesta del monarca tardó seis meses en llegar a Nueva España. En la sección 'Decreto del Exmo. Sr. Virrey' de este documento, el Virrey anotó una fecha de recibo del 21 de junio de 1771. En unos días, el 25 de junio, ordenó a sus asistentes que lo pasarán al Tribunal de Cuentas. Sus funcionarios serían los que crearían un informe financiero.

El Tribunal de Cuentas estaba ubicado en la misma ciudad que el Virrey (Ciudad de México), por lo que el documento llegó allí al día siguiente, el 26, como se indica bajo la sección ‘Otro del Rl. Tribunal' en este registro. Ese día, sus ministros señalaron que cumplirían con la solicitud de crear un informe financiero. Los ministros del Tribunal terminaron su informe el 3 de septiembre como se indica en la sección 'Informe' de este documento. Los ministros del Tribunal terminaron su informe el 3 de septiembre. Antonio del Campo Marín y Juan Ordoñez de Seixas, los dos principales contadores, firmaron el documento.

Toda esta correspondencia habría sido útil para Gálvez mientras trabajaba para aumentar la eficiencia de la minería y otras industrias de la Nueva España. Tanto el tiempo necesario para la comunicación transatlántica como la cantidad de personas involucradas en estas conversaciones complicaron su tarea. Sin embargo, hizo que la cooperación entre él y las agencias gubernamentales locales fuera esencial.