Fronteras Revolucionarias

El norte de México fue una región geográfica crucial que todes les revolucionaries querían controlar. Su proximidad a la frontera permitía que los rebeldes accedieran a armas, municiones y suministros desde Estados Unidos. Otra ventaja de la región era su sistema ferroviario, que conectaba ciudades clave de importancia nacional e internacional. Durante gran parte de la Revolución Mexicana, Francisco “Pancho” Villa dominaría esta región como general de la División del Norte, la fuerza revolucionaria más grande del conflicto.

Geografía crucial

El área metropolitana de Ciudad Juárez-El Paso ha jugado siempre un papel importante en la frontera entre Estados Unidos y México. Incluso antes de que iniciara la Revolución, la importancia estratégica de esta zona se hizo evidente cuando el presidente Porfirio Díaz y el presidente William Taft se reunieron en El Paso, Texas. Solo un par de años después, Ciudad Juárez sería el escenario de una batalla decisiva que llevaría a Díaz a renunciar a la presidencia. Villa aprovecharía plenamente la ubicación estratégica de la región, convirtiendo a Ciudad Juárez en uno de sus bastiones más importantes.

Villa estableció la Agencia Comercial y Financiera de la División del Norte el 10 de febrero de 1914 y nombró a Lázaro de la Garza como Agente Financiero. Villa y Garza utilizaron el área de Ciudad Juárez-El Paso como punto estratégico y conveniente de acceso. Desde Estados Unidos, Garza coordinaba entregas, reuniones, finanzas y relaciones entre México y EE. UU. Este contacto facilitó el acceso a armas, apoyo, dinero y suministros, todos ellos esenciales para el dominio de Villa sobre el norte.

Explore la correspondencia entre Pancho Villa y Lázaro de la Garza abajo o a través de este map interactivo.

Otra ventaja era la conexión ferroviaria de la región, especialmente a través del Ferrocarril del Noroeste, cuyo punto de partida era Ciudad Juárez. Villa y su ejército podían desplazarse fácilmente entre Ciudad Juárez, Chihuahua, Torreón y la Ciudad de México. Al controlar esta zona, Villa también ejercía influencia sobre la empresa ferroviaria. En una carta dirigida al administrador de la compañía, Villa le solicita un vagón para trasladarse a Chihuahua y promete no dañar más las vías del tren, invitándoles incluso a iniciar las reparaciones. Este control sobre el sistema ferroviario le dio a Villa y a su ejército una ventaja clave durante la Revolución.

El hombre detrás del mito

Pancho Villa ronda la frontera, a veces pareciendo más mito que hombre. Existen muchas versiones de su leyenda: Robin Hood, general tenaz, asesino brutal. Aunque se conoce mucho sobre su papel en la Revolución, poco se sabe sobre sus primeros años, lo que alimenta su misterio. ¿Cómo separar al hombre del mito? ¿Y en qué momento el mito se vuelve verdad?

Villa nació el 5 de junio de 1878 en Durango con el nombre de Doroteo Arango. Hay múltiples versiones sobre su vida antes de la Revolución. Según su propio relato, se convirtió en forajido tras matar a un hacendado que intentaba agredir a una de sus hermanas. Otro relato, escrito por Celia Herrera, lo retrata como un hombre violento, afirmando que su origen se debió a que mató a un amigo en una pelea. Independientemente de la versión, sus inicios como prófugo lo lanzaron al protagonismo como uno de los generales más conocidos de la Revolución.

Villa se unió al movimiento revolucionario en 1910 después de que Abraham González, líder de les maderistas en Chihuahua, lo reclutara. Poco después de tomar Ciudad Juárez en 1911, el general Huerta lo acusó de insubordinación y lo sentenció a muerte. El presidente Madero le perdonó la vida pero lo envió a prisión en 1912, de donde escapó siete meses después para refugiarse en El Paso, Texas. A su regreso a la Revolución, tomó el mando de la División del Norte y mantuvo el control sobre el norte de México.

Soldaderas del norte

Cuando pensamos en la División del Norte, solemos imaginar filas de hombres uniformados marchando hacia su siguiente objetivo. Sin embargo, algunos villistas mencionan que había alrededor de 400 mujeres soldado, conocidas como soldaderas, luchando junto a ellos en la Batalla de Torreón en 1914. Pero Villa era conocido por no tolerar la presencia de soldaderas entre sus filas. Las consideraba una carga, tanto en los cuarteles como en el campo de batalla. La muestra más extrema de este desprecio se dio en 1916: se dice que una soldadera intentó asesinar a Villa, pero falló. En un acto de solidaridad, las demás se negaron a delatarla, y Villa mandó ejecutar a todas. Este acto demuestra cuán rápido estaba dispuesto a eliminarlas. Aunque no les dio reconocimiento formal, eso no disminuye el papel y el impacto que las mujeres tuvieron en sus campañas revolucionarias.

Santuarios, abastecedores y escenarios

El norte se convirtió en una región militar codiciada durante la Revolución, y Pancho Villa logró tomar el control. Su participación en la Revolución es infame, controversial y está inextricablemente ligada a la frontera. No obstante, el vínculo entre las ciudades fronterizas implicó a más que solo les revolucionaries y sus ejércitos. Algunos habitantes de la región brindaron ayuda a les soldados, otres observaban los combates a la distancia, y ciudadanes mexicanes cruzaban la frontera en busca de seguridad. Las ciudades fronterizas actuaron como santuarios, centros de abastecimiento y escenarios de guerra, transformando la vida de civiles a ambos lados de la frontera.