El cielo en la tierra
En los años setenta las comunidades campesinas de Chalatenango y Morazán estaban marginadas, con una alta tasa de mortalidad infantil, sin servicios de agua potable, educación o salud.
En ese contexto, se multiplicaron las Comunidades Cristianas de Base, en busca de mejorar las condiciones de vida, e intentaron construir “el cielo en la tierra”. La Guardia Nacional observó con recelo estas iniciativas colectivas y comenzó una represión selectiva contra catequistas.
Posteriormente aparecen las primeras células clandestinas de la guerrilla en esas zonas. En 1980, el ejército realiza grandes operativos militares contrainsurgentes, y ejecuta masacres contra la población civil. Esto obliga a centenares de habitantes a buscar refugio en la vecina Honduras, creándose campamentos protegidos por las Naciones Unidas (ACNUR).
“Nuestras comunidades eran un lugar tranquilo donde sus habitantes se dedicaban a la producción de henequén, café y caña de azúcar, también a la siembra de maíz.”