Conclusión




A pesar de las varias remontadas de Santa Anna a lo largo de su carrera, los mexicanos en general lo rechazaron después de que huyó de la revuelta de 1855 contra su última dictadura. Cuando intentó regresar a México en 1867, sus antiguos compatriotas lo capturaron, lo enjuiciaron y lo enviaron de regreso al exilio. Santa Anna hizo varios ruegos para regresar a su tierra natal desde el comienzo de este exilio de 19 años. Tenía 80 años, estaba casi ciego y mal de salud cuando el presidente Sebastián Lerdo de Tejada finalmente le permitió regresar a casa en 1874 (100).


Mis memorias: escritas de mi puño y letra sin ayuda de nadie en mi último destierro, manuscript, Antonio López de Santa Anna (autor), página 89, 1874-02-12.

En la conclusión de sus memorias, Santa Anna escribe: "Corta, cortisima es la vida del hombre, imperfectas sus obras, insuficiente su poder...seguro, su sufrimiento." Describe la crueldad de sus enemigos y expresa que perdonará todas las ofensas una vez que el pueblo mexicano tenga su propio país, religión y ley. Escribe que la historia de México aún no se conoce realmente ya que los extranjeros han escrito un relato corrupto de ella. Expresa que confía en que se merece la gratitud de su país y que tiene "una mayor confianza en que la posteridad le hará justicia" (102).



Durante sus últimos siete años de exilio, Santa Anna escribió memorias intentando justificar sus acciones, criticar a sus críticos y glorificar su carrera (103). En su prólogo, afirma: "Mi único deseo es dejar a mi país...un relato fiel de mis actos públicos" (104). Los historiadores han señalado que las memorias de Santa Anna, tituladas Mi historia militar y política (1810-1874), solicitan reivindicación y son representativas de la escritura autobiográfica latinoamericana (105). Samuel Manickam, un académico que se enfoca en narrativas latinoamericanas, sostiene que Santa Anna crea “silencios” en sus memorias para exaltarse a sí mismo (106).

Las memorias de Santa Anna demuestran cómo las narrativas pueden construir más que evidenciar la historia. Revelan por qué debemos pensar críticamente sobre el propósito, la autenticidad y la autoridad de un creador cuando evaluamos las fuentes de información. Si bien aunque Santa Anna pudo haber sido un "rompecabezas para sus contemporáneos" (107), múltiples perspectivas del pasado pueden ayudarnos a reconstruir una visión más holística de su legado. Desde los relatos históricos hasta los actuales, podemos entender mejor las narrativas cuando las consideramos en contextos sociales, políticos, culturales y otros.






(100) Fowler, "Santa Anna of Mexico," 21, 231, 300, 344-345, 355, 388.

(101) Santa Anna, Mis memorias, 89.

(102) Ibid 92.

(103) Manickam, “‘El Seductor De La Patria’,” 1, 18.

(104) Santa Anna, Mis memorias, 2.

(105) Manickam, “‘El Seductor De La Patria’,” 18. See also Silvia Molloy, At Face Value: Autobiographical Writing in Spanish America (Cambridge: Cambridge UP, 1991), 6-8.

(106) Ibid.

(107) Lynch, Caudillos in Spanish America, 335.